Cocina de sensaciones y vivencias

Mónica Peñaranda es la encargada de innovar la propuesta gastronómica del restaurante Julián, en Rohrmoser.

El espacio abrió en 2018 bajo el concepto de crear experiencias memorables.

“Usamos el umami como nuestra palabra clave, tenemos muchos toques asiáticos fusionándose con ingredientes ticos, siempre tomando como primicia el respetar cada producto que utilizamos”, dijo la chef.

Describe la cocina de Julián como dinámica y evolutiva; su objetivo es que los visitantes hagan un recorrido de sabores, sensaciones y vivencias.

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“Todos los platos de Julián tienen un por qué, hay un pensamiento e historia detrás, que es el hilo que nos ayuda a conectarnos con nuestros comensales”, dijo Peñaranda.

Entre los platos estrella están las croquetas de plátano con camarón, salmón laqué, ribeye glaseado en miso, y el postre más recomendado es el Suelo de Monteverde.

Peñaranda estudió en la Universidad Latina de Costa Rica; posteriormente, viajó a República Dominicana para especializarse.

Ahí trabajó en uno de los 50 mejores hoteles boutique del mundo, donde aprendió sobre productos del mar y pastelería.

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“Me apasiona mucho la pastelería, me relaja; sin embargo, el calor de los fuegos me llena de energía, me gusta aprender de todo y de todos”, dijo.

Su comida preferida son los caldos, los garbanzos con pollo de su mamá no los cambia por nada.

Entre sus metas está inspirar a otras personas a través de su carrera, y tener una fundación de comedores para personas de la calle, donde además puedan aprender de cocina.

Una de sus inspiraciones es Daniela Soto-Innes, chef mexicana a cargo de Cosme, Nueva York, actualmente nombrada por The World´s 50 Best como la chef del año 2019.

“Admiro su comida, cómo está orgullosa de sus raíces y las expresa al mundo a su manera; sin embargo, lo que más me hace admirarla es su manera de liderar”, dijo.