Emilio Valverde, a toda velocidad

Ser piloto lo lleva en las venas, su padre se dedicó a ello, esto le dio la oportunidad a Emilio Valverde de conocer el deporte desde niño.

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Desde sus seis años comenzó compitiendo en bicicross, ahí fue avanzando en diferentes modalidades hasta llegar a los autos.

Su sueño siempre fue correr, lo cual consiguió cuando cumplió 16.

“Este es un deporte sumamente costoso, sin patrocinios sería imposible practicarlo, cada año existe bastante incertidumbre de qué va a pasar, lo que hace difícil su programación, existen imprevistos en muchas ocasiones, por eso estoy agradecido con todas las personas que me han apoyado”, dijo el deportista.

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Gracias a esta disciplina ha podido conocer muchos países, y también ha tenido la oportunidad de trabajar en un negocio familiar enfocado también en los autos de carreras.

“Mi mayor logro en esta área ha sido extraño porque personalmente no considero que haya sido una carrera o un campeonato, para mí fue una práctica en un Ferrari 358 en las 24 Horas de Daytona, en 2014”, recalcó.

Esa era su primera carrera en ese vehículo, en su categoría había 32 carros y en cada uno competía un promedio de cuatro conductores. “Pude ser el más rápido en la práctica oficial, para mí fue increíble porque más de 100 pilotos de fábrica de las principales marcas del mundo rodaron ese ensayo, al final terminamos de sextos que igual fue un buen resultado”, finalizó.