Federico Pilurzo, un empresario amante del surf
Autor: Luis Alejandro Meneses | Publicación: Jueves 05 abril, 2018
Federico Pilurzo se dedicó al surf a nivel competitivo, para luego verlo como una pasión y un deporte lleno de aprendizaje.
Hoy, aunque sigue siendo parte de su vida, a nivel profesional se dedica al mundo de la hotelería, como gerente general en Cala Luna, en Tamarindo, un espacio ecoamigable, donde las personas pueden estar en contacto con la naturaleza.
¿Qué significa el surf para usted?
¡Fue mi vida! Bueno, ¡fue la primera parte! Se dividió en dos, lo primero fue ser competitivo, lo que me dejó una gran enseñanza acerca de este concepto, de ir hacia arriba ganándole al resto de las personas, era un contraste muy importante, si lo comparo como lo veo ahora. La segunda es algo más conectado a mí, al entorno, es como si fuera una terapia.
De surfista pasó a liderar un hotel.
Mi familia lo creó en 1994. Yo nunca tuve el interés de trabajar ahí, pero por cuestiones del destino estoy acá, he tenido la oportunidad de formar mi creatividad, es una escuela. Puedo entender cosas de mí mismo y ver cómo se reacciona. Es una constante evolución.
¿Qué es lo más difícil?
Manejar las diferentes “inputs” de todos. Esto es como estar comandando una nave con un montón de factores, con mensajes que llegan de diversos lados.
¿Cuál ha sido el mayor reto?
Tomar acciones que yo creí que iban en contra de la visión que tenían otras personas, ya que en ese momento ellos no entendieron que era lo que yo quería reflejar.
¿Qué hace distinto a Cala Luna?
El mercado es grande. Nosotros nos enfocamos en estar cerca, en tener gente leal como una familia, que no nos dejen botados en la primera complicación. Queremos un personal leal, tener un equipo, un buen ejército.
Los primeros cinco años para mí fueron de aprendizaje. Hemos trabajado en el concepto de cambiar la forma en la que se administra un hotel, siempre se les metía miedo a las personas: “Si no hace esto, lo castigo”, y pues nosotros hemos ido quitando eso, valorando más el trabajo de cada uno.
Algunos se nos acercan y nos dicen: “¿Cómo hacen para tener a los empleados tan felices? Y es ahí donde creo que lo pequeño hace la diferencia.
Por otra parte, estamos abriéndonos a ser más saludables, con productos orgánicos de nuestra huerta.
Ya que lo menciona, ¿por qué se dio la idea?
Yo creo que es parte de la evolución colectiva del grupo que está detrás del hotel, vivimos en un lugar en el que la naturaleza está inmersa en todo, es responsabilidad cuidar el espacio en el que estamos. Si no damos el ejemplo, puede que se dañe y que no estemos acá en el futuro, son importantes las acciones que estamos tomando con la gastronomía sostenible.
Aparte de este proyecto de sostenibilidad gastronómica, ¿en qué más trabaja?
Estamos con el festival de arte, también tengo mi academia de surf y una aplicación que facilita la comunicación interna de los que trabajan en el hotel, realizamos viviendas sostenibles con materiales reutilizables, además, con un amigo de Perú, estamos produciendo un show en el que vamos viajando por Latinoamérica surfeando.
¿Cuál ha sido su mayor satisfacción?
Cada etapa de mi vida ha sido diferente. Cuando competía siempre quería quedar de campeón, conforme uno va evolucionando las cosas van cambiando, tal vez una simple colaboración con una ONG, aportar para que las personas tengan una mejor vida, los ideales van cambiando.
¿Cómo es llevar una vida de empresario?
Para mí es un constante aprendizaje, conlleva muchas responsabilidades. Pero si uno logra destacarse emocionalmente, viendo todo lo que está pasando como un punto de vista exterior, se logra tener un balance en todo. Lo que ayuda a conseguir una armonía, como si fuera un maestro de orquesta.
¿Se siente un hombre pleno?
Personalmente me siento una persona en constante evolución, siento que estoy en lugar y momento correctos.
¿Cómo considera usted que se debe llevar el liderazgo de un hotel para no llegar a fracasar?
Para mantenerlo sencillo: una mente abierta, trabajar en estrategias, mantenerlo todo organizado y fluido y tener mucha intuición, hay que estar muy conectado con todo lo que está pasando, ya que esto le ayuda a uno a ver todas esas circunstancias que no están planeadas.
¿No ha pensando en ampliar la cadena?
La filosofía de nosotros es enfocarnos en la calidad más que en la cantidad, el enfoque ahorita es hacer lo mejor que podamos con el hotel.
Lo hemos visto como surfista, como empresario… ¿qué más le gustaría hacer?
Entre todas las empresas y proyectos que estoy metido, me interesa todo lo que tenga que ver con el mar, la naturaleza, me encanta todo lo que es música y arte, en nuestra finca se hizo Ocaso, un festival de música; también hemos sido parte del “Tamarindo Art Wave”, además de otros eventos durante el año.
¿Cómo logran aplicar en todo el personal la cultura de la cortesía y amabilidad?
Esto es un trabajo constante, hay que estar cerca de las personas, con todo el equipo, es importante transmitir la misma vibra a nuestros huéspedes.