Liz Furlong: coctelería de innovación

Hace dos años, Liz Furlong abrió las puertas de Bebedero, un bar clandestino ubicado en el edificio El Steinvorth, en San José.

El espacio está especializado en coctelería, se caracteriza porque no cuenta con un menú fijo, sino con una lista de ingredientes para que los visitantes puedan crear las mezclas según su gusto.

Muchos se compran en el Mercado Central y se inspiran en bebidas que ahí se venden y que Furlong, junto con su equipo, reinterpretan.

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Una de esas creaciones es “Cabeza caliente”, la cual tiene canela, chile de árbol y humo infusionado con tequila, entre otros ingredientes.

Se dice que es afrodisíaco porque calienta el cuerpo.

El concepto también incluye mixología sin alcohol, pensado en quienes no consumen licor, pero disfrutan de la misma experiencia de sabores.

La coctelería se combina con una propuesta gastronómica sencilla, elaborada por los chefs del restaurante Isolina; se incluyen platillos como paté de pollo, hummus y una tabla de quesos y fiambres.

Furlong es canadiense; mientras trabajaba en Nueva York la contrataron para hacer la apertura de un bar en Monteverde, y fue así como decidió quedarse.

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Su trayectoria en el país incluye su colaboración en la apertura del 8ctavo Rooftop, en Escazú, así como del hotel El Mangroove, en Guanacaste y de Maza Bistro, en San José.

“Empecé a trabajar en Canadá, pero siento que aprendí mucho en Nueva York, que para mí es la meca de la mixología”, dijo.

En Bebedero no solo comparte sus conocimientos con su equipo, sino que ha trabajado porque el espacio sea ciento por ciento inclusivo, especialmente valorando el trabajo y el crecimiento de las mujeres.

Entre sus planes se encuentra la apertura de un nuevo local también en San José.