Proyecto 2025
Natiuska Traña [email protected] | Lunes 23 diciembre, 2024

Estamos cerrando otro año y, de fijo, llegan las mismas preguntas existenciales: ¿Y ahora qué sigue? Es esa época en que las personas hacen listas de propósitos que incluyen cosas como bajar de peso, aprender algo nuevo, correr una maratón o hacer journaling, todos los años se suma algo más. Pero seamos honestos: ¿Realmente quieren eso o sienten que deberían quererlo?
Para el 2025, les propongo algo diferente. Este no es el año de convertirse en alguien que no son. Es el año de ser ustedes mismos, sin filtros, sin disculpas, sin preocuparse por lo que otros piensen. Es el año de aprender a decir sí solo a lo que realmente quieren y no a lo que "deberían" querer.
Vivimos en una cultura que glorifica el estar ocupado, como si decir "no" te hiciera menos. Pero, ¿qué pasó con proteger tu tiempo y energía? Decir "no" no es un rechazo a los demás; es una afirmación de lo que realmente es importante para vos.
Cuando digas "no" este año, no lo adornés con excusas elaboradas, no des explicaciones, nada más, un simple "No, gracias" es suficiente. Si alguien se ofende, no es tu problema. La gente que realmente importa entenderá, y quienes no, no valen el tiempo de todos modos.
No sé si han leído “The subtle art of not giving a f*ck” de Mark Manson, pero desde que lo publicó en septiembre de 2016, me lo leo todos los años y pareciera que entre tonos de expresión un poco “agresivos”, a lo que estamos acostumbrados a leer en literatura de automejora personal, nos explica en su libro, que muchas veces actuamos por compromiso, por miedo a quedar mal o porque creemos que "deberíamos". Cuando en verdad, deberíamos decir "sí" solo cuando realmente lo sintamos y queramos hacerlo o en palabras de Mark: “Cuando sea un "F*ck Yeah!" que nos haga sonreír y sentirnos plenos.
En la columna pasada, hablé de "vivirlo todo, incluso las consecuencias". Bueno, eso sigue vigente. Tomar decisiones auténticas significa aceptar lo que venga, bueno o malo. Pero cuando uno toma sus propias decisiones, las consecuencias, por difíciles que sean, siempre valen más que vivir bajo las expectativas de otros.
Imagínense que llegan a finales del 2025 y pueden decir: "Cada decisión que tomé este año fue mía, sin influencias externas y me encantó". Eso, mis amigos, es mucho más satisfactorio que cualquier meta cliché de fin de año.
Feliz año nuevo.
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