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Viernes, 9 de mayo de 2025



FORO DE LECTORES


Un reto social que nos atañe a todas las personas

Fabián Trejos Cascante [email protected] | Viernes 09 mayo, 2025


FTC


Fabián Trejos Cascante

Gerente General

AGECO

El respeto hacia las personas mayores es reflejo de la empatía y de la justicia social. La sociedad exalta con facilidad la etapa de la juventud y las acciones relacionadas con la productividad; y a menudo se olvida del valor de la experiencia que aportan las generaciones mayores. En muchas ocasiones, la población mayor enfrenta barreras impuestas por prejuicios, falta de empatía y desconocimiento sobre sus derechos.

Respetar a la población adulta mayor es fundamental para el desarrollo de nuestra sociedad. Implica atender la valoración de la experiencia y aportes de las personas adultas mayores a la sociedad. Incluye tratarles con dignidad, consideración y empatía, garantizando que se sientan personas incluidas y valoradas y que se respeten todos sus derechos humanos, brindándoles condiciones para su desarrollo y bienestar.

Desde la Asociación Gerontológica Costarricense (AGECO) promovemos acciones para la toma de conciencia social enseñando que la persona adulta mayor tiene los mismos derechos y deberes que las demás y que la independencia y la autonomía deben prevalecer y se debe de respetar la toma de decisiones sobre su vida y su entorno social. En esta etapa, las relaciones intergeneracionales, la productividad, la creatividad y la equidad de género son indispensables para la gestión social de la vejez.

Es más que cortesía, son derechos humanos

El trato digno es un derecho fundamental. Implica reconocer la individualidad, los deseos y la historia de las personas. Esto está directamente vinculado con los derechos humanos. Garantizarlo implica reconocer a las personas mayores sin infantilizarlas ni despojarlas de su autonomía. El respeto se expresa en el lenguaje, en la consideración de sus decisiones y en la creación de espacios accesibles e inclusivos. La dignidad en la vejez no es un privilegio, sino un principio básico que refleja la calidad humana de una sociedad.

Algunas acciones diarias son vitales para demostrar respeto por las personas adultas mayores tales como escuchar con atención y valorar sus opiniones y experiencias; y brindar un trato amable y paciente. También hablarles con cortesía y sin apresurarles; ofrecer ayuda cuando la necesiten y sin hacerles sentir dependientes e incluirles en actividades sociales y familiares. Es importante evitar el aislamiento y respetar su autonomía y decisiones; y fomentar su bienestar asegurando que tengan acceso a salud, recreación y seguridad. Defender sus derechos y evitar cualquier forma de abuso, discriminación o maltrato son fundamentales.

Una sociedad insensible enfrenta la pérdida de valores esenciales como la gratitud, la solidaridad y la empatía. Si normalizamos el maltrato o la indiferencia creamos un entorno y un futuro incierto para las generaciones jóvenes. Sin convivencia o tejido social se pierde el aporte de la población mayor como portadora de sabiduría, experiencias y tradiciones que construyen la identidad cultural y social. También se enfrenta un deterioro del bienestar colectivo por el aislamiento, la depresión y el abandono y se sobrecargan los sistemas de salud y de asistencia social. Finalmente, surge la deshumanización de la sociedad con conductas indiferentes ante el sufrimiento de las demás personas.

Irrespetar a las personas adultas mayores contribuye a su marginación y vulnerabilidad. Algunos de los principales errores incluyen: falta de reconocimiento y valoración, minimizar sus opiniones y decisiones y la discriminación y estereotipos. Se promueven ideas erróneas sobre la vejez y se limita la participación en el trabajo, la educación y otras áreas de la sociedad. La desprotección de sus derechos humanos, la negligencia en el acceso a servicios de salud adecuados y la falta de cumplimiento de las políticas públicas para su bienestar y seguridad económica. También se presentan casos de abandono y aislamiento; falta de atención y apoyo por parte de la familia y de la comunidad.

Además, algunas personas enfrentan violencia psicológica, violencia física y hasta violencia económica; además de negligencia (por no atender sus necesidades básicas de salud, alimentación o higiene) y el abandono.

Es clave fomentar el respeto, la inclusión y la protección de los derechos de las personas mayores en todos los ámbitos de la sociedad. No olvidemos que el trato que damos hoy será el que recibamos mañana.







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