Vengo a ofrecer mi corazón
Claudia Barrionuevo [email protected] | Lunes 08 octubre, 2007

Claudia Barrionuevo

Para mí la gran concentración del domingo 30 de setiembre ya fue un triunfo del “no”.
“¿Quién dijo que todo está perdido?”, pensé —sacudiéndome el pesimismo que siempre me acompaña— mientras caminaba por el Paseo Colón. Eufórica sentí: “Yo vengo a ofrecer mi corazón”. No era la única. Cientos de miles de personas, recordaban “tanta sangre que se llevo el río” en 1856. Venían a ofrecer su corazón.
He tenido la suerte de participar en varias manifestaciones en mi vida (incluso en otros países). Pero la última del “no” fue la que más me ha emocionado. No podía dejar de pensar en que esta, mi patria —la que adquirí por voluntad propia en 1976—, estaba intacta.
Mis hijas insistieron en ir y yo decidí llevarlas por una razón fundamental: si la historia pasa por la esquina de nuestra casa hay que verla en vivo, no por televisión. Cuando sean más grandes podrán contar lo que vivieron.
Confieso que tenía miedo de llevarlas. Un miedo infundado pero fundado. Me equivoqué. Hombres, mujeres, bebés en cochecitos, ancianas en silla de ruedas, familias enteras realizaban su paseo del domingo vestidos con los colores de la bandera.
“Y uniré las puntas de un mismo lazo, y me iré tranquilo, me iré despacio, y te daré todo, y me darás algo. Algo que me alivie un poco más”.
Aliviada continué la marcha con Manuela y Valeria, ante la presencia de unos pocos policías desarmados —en su mayoría mujeres— que mantenían libre el acceso al Hospital San Juan de Dios. ¡Estábamos en Costa Rica!
Aunque al principio pensé mantenerme en las cercanías de la concentración, me zambullí de cabeza en toda ella hasta llegar a la tarima principal, esperando con ansiedad que llegara el momento cumbre, cuando todos entonáramos el Himno Nacional.
Antes de eso, Eugenio Trejos solicitó un minuto de silencio en homenaje a uno de nuestros máximos próceres, don Juanito Mora, fusilado justamente un 30 de setiembre. La respuesta fue impresionante. Todos nos mantuvimos callados por más de un minuto.
“Y hablo de países y de esperanzas. Y hablo por la vida, hablo por la nada. Y hablo de cambiar esta nuestra casa, de cambiarla por cambiar nomás”.
Cambiamos esta, nuestra casa, ese domingo.
Tal vez la cambiamos aún más ayer. Mientras escribo estas líneas no tengo la certeza del resultado en las urnas. Me queda la tranquilidad de escuchar y repetir la canción de Fito Páez: “¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón”.
[email protected]
NOTAS ANTERIORES

Invisibles
Viernes 23 mayo, 2025
Hacemos tanto y nadie se da cuenta… yo comenté que estábamos trabajando en esa problemática y nadie sabía nada… cuando se dieron cuenta me felicitaron…

El Mercantilismo
Jueves 22 mayo, 2025
Mercantilismo es el nombre que dieron los historiadores al sistema económico prevaleciente en Europa desde el siglo XVI hasta mediados del siglo XVIII en Franci

CAFTA Revisitada
Miércoles 21 mayo, 2025
No se oye mucho de los adversarios del tratado de libre comercio que montaron una cruzada en contra en 2007. Casi todos al fondo estaban expresando su oposició

La jornada esclavista de 12 horas de trabajo a discusión amplia, en la Asamblea Legislativa
Miércoles 21 mayo, 2025
El lunes pasado en la Asamblea Legislativa votaron en contra de la aplicación del trámite rápido nueve diputados del Partido Liberación Nacional, Dinorah Barque